Se acercó a mí, cada vez mas. Ya notaba su aliento en mi cara. Mi corazón latía a mil revoluciones. Nuestros cuerpos se tocaron y sus cálidos ojos verdes se clavaron en los mios. Entonces, sonrío, se acercó a mi oido y dijo:
"Acompañame, corramos por este descampado cojidos de la mano. Seamos libres. Huyamos, juntos"
Me erizé completamente. Entonces, me cojió de la mano y empezamos a correr.
En ese momento me sentí completamente feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
exprésate como quieras;